Los duros entrenamientos y carreras pueden dañar tu cuerpo y afortunadamente el hielo es un gran aliado de los corredores.
El hielo puede ser muy efectivo para la recuperación post esfuerzo y es muy usado en forma terapéutica para en torceduras, esguinces, hematomas, golpes, tendinitis y muchas otras situaciones dolorosas.
El poder analgésico del hielo (o el agua a muy bajas temperaturas) es indiscutible y la posibilidad de aplicarlo en forma local (donde sientes el dolor) es una ventaja frente a drogas analgésicas/anti-inflamatorias.
Aunque en los últimos tiempos han aparecido los famosos geles fríos y algunas otras alternativas, lo cierto es que nada le gana a la aplicación del hielo.
El hielo no tiene costo extra, y ofrece temperaturas más bajas y duraderas que los geles (se derriten con facilidad y cuantos más los usas, menos duran).
Sin embargo, la aplicación de cubitos de hielo en determinadas zonas del cuerpo puede ser incómoda e inconveniente, y por ello, te daremos tres trucos para aplicar hielo que seguro te servirán.
Para que nuestros lectores no se asusten, este vaso es sumamente conocido por todos. Es el típico vaso de material térmico y descartable que se utiliza para beber bebidas calientes como café o té.
El poliestireno expandido es el conocido tergopol (en Argentina). poliexpan (en España), unicel hielo seco (en México) y con otros nombres en otros tantos países.
El vaso de poliestireno expandido puede ser de gran ayuda para un corredor que desea realizar una buena sesión de masajes fríos.
El truco será, congelar un vaso de poliestireno expandido con agua y una vez convertido en hielo cortar los bordes inferiores del vaso (1 cm de alto aproximadamente(.
El objetivo será que puedas masajear la zona dolorida sin congelarte las manos (que estarán en contacto con el vaso térmico) y el hielo que sobresale al vaso en contacto directo con la zona.
Con este truco podrás realizar masajes fríos en las zonas más agotadas luego de un entrenamiento duro o carrera (ideal para pantorrillas o cuadriceps) o apliques directamente en lesiones (como los esguinces de tobillo).
Cinco minutos de constante masajes en la zona serán suficiente para disfrutar de los beneficios del hielo (recuerda que estará en contacto directo y deseamos evitar dañar la piel).
En muchos casos, la forma de los cubos de hielo es molesta, puede ser dolorosa y hasta puede ser incómoda de aplicar en tu cuerpo.
En estos casos, triturar los hielos (sin exagerar), ya sea con una licuadora o con la vieja técnica de los golpes, puede ser una solución.
Luego de ser triturados, bastará que coloques los hielos en una bolsa hermética para poder aprovechar los beneficios del hielo.
Al ser más pequeños que los cubos de hielo, es muy probable que duren menos. Asegúrate de no mojar nada en tu casa.
Hay determinadas zonas del cuerpo (como los isquiotibiales o los glúteos) donde la aplicación de cubos de hielo es casi imposible.
La solución que hemos encontrado, es la creación de un gran cubo de hielo rectangular.
Para hacerlo, deberás llenar de agua un tupper o cualquier otro recipiente de plástico de aproximadamente 0.40 cm x 0.20 (medidas estimadas) y con una altura de aproximadamente 10 cm.
Una vez convertido en hielo (tardará unas cuantas horas), te recomendamos envolverlo bolsas, y luego aplicarlo sentándote sobre él ( en el caso de los glúteos) o colocarlo debajo de tu pierna en el caso de los isquiotibiales.